Lenia Batres: La ministra que desafía al poder desde la Suprema Corte​

La ministra Lenia Batres Guadarrama ha vuelto a ser el centro de la controversia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). El pasado 27 de marzo, durante una sesión del Pleno, Batres abandonó el recinto, provocando la suspensión de la sesión por falta de quórum. Este acto se suma a una serie de eventos que han marcado su paso por el máximo tribunal del país.

En la sesión mencionada, Batres se retiró antes de la votación sobre una controversia constitucional promovida por la alcaldía de Coyoacán. Aunque la ministra presidenta, Norma Piña, explicó que Batres notificó su salida con anticipación, este no es un hecho aislado. El 12 de marzo, Batres también abandonó una sesión de la Segunda Sala después de que se determinara que estaba impedida para participar en la resolución de un amparo promovido por el empresario Ricardo Salinas Pliego, debido a sus expresiones públicas sobre el caso .

Batres ha defendido sus acciones argumentando que se trata de actos de protesta contra lo que considera «complicidad y sometimiento» de algunos ministros a intereses particulares. En sus redes sociales, ha señalado que su retiro de las sesiones es una forma de denunciar violaciones al Reglamento Interior de la SCJN y la influencia de poderes fácticos en las decisiones del tribunal .​

Sin embargo, estas acciones han generado críticas y cuestionamientos sobre su profesionalismo y compromiso con el cargo. Encuestas recientes reflejan una percepción negativa hacia Batres, posicionándola como una de las ministras peor evaluadas de la Corte .​

La ministra, designada por el expresidente López Obrador en 2023, ha sido una figura polémica desde su nombramiento. Su postura crítica hacia ciertos sectores y su estilo confrontativo han marcado su desempeño en la SCJN. Mientras algunos la ven como una defensora de la justicia social y la transparencia, otros la consideran una figura disruptiva que pone en riesgo la institucionalidad del máximo tribunal.​

El futuro de Batres en la Suprema Corte y su influencia en las decisiones judiciales del país continúan siendo temas de debate. Lo cierto es que su presencia ha sacudido las estructuras tradicionales del poder judicial mexicano, generando tanto apoyo como rechazo en distintos sectores de la sociedad.

Una ministra ausente en momentos clave

El pasado 27 de marzo, durante una sesión del Pleno de la SCJN, Batres atendió una llamada telefónica en plena deliberación y posteriormente abandonó la sala, dejando al tribunal sin el quórum necesario para continuar con la discusión de una controversia constitucional promovida por la alcaldía de Coyoacán . Este incidente no fue aislado; el 12 de marzo, la ministra también se retiró de una sesión de la Segunda Sala tras ser declarada impedida para participar en la resolución de un amparo relacionado con el empresario Ricardo Salinas Pliego .​

Más recientemente, el 9 de abril, Batres no se presentó a otra sesión de la Segunda Sala, lo que nuevamente impidió que se llevara a cabo por falta de quórum. Esta fue la tercera ocasión en menos de un mes en que su ausencia provocó la suspensión de actividades en la Corte .​

¿Compromiso judicial o agenda política?

Las reiteradas ausencias de Batres han suscitado especulaciones sobre sus prioridades. Desde el inicio de las campañas judiciales el 30 de marzo, la ministra ha estado en campaña para integrar la nueva Suprema Corte, lo que ha llevado a algunos a cuestionar si sus aspiraciones políticas están interfiriendo con sus responsabilidades judiciales .​

Además, su comportamiento ha sido objeto de críticas en redes sociales y medios de comunicación, donde se le ha acusado de falta de profesionalismo y compromiso con la justicia. La ministra, autodenominada «del pueblo», ha sido señalada por atender llamadas personales durante sesiones y por retirarse sin previo aviso, acciones que han sido calificadas de «descaro» por algunos observadores .​

Repercusiones y cuestionamientos

Las ausencias de Batres no solo han afectado la operatividad de la SCJN, sino que también han generado un cúmulo de asuntos pendientes. Por ejemplo, la suspensión de la sesión del 9 de abril provocó que 21 asuntos programados quedaran sin resolverse, acumulándose para la siguiente sesión programada para el 23 de abril

Estas situaciones han llevado a algunos ministros a considerar la posibilidad de declarar impedida a Batres para participar en ciertos casos, especialmente aquellos donde sus opiniones públicas podrían comprometer su imparcialidad

Conclusión

La conducta de la ministra Lenia Batres ha encendido un debate sobre la ética y el compromiso de los integrantes de la Suprema Corte. Sus ausencias reiteradas y comportamientos cuestionables plantean interrogantes sobre su idoneidad para el cargo y sobre cómo se equilibra la participación política con las responsabilidades judiciales. En un momento en que la justicia mexicana enfrenta desafíos significativos, la presencia activa y comprometida de sus ministros es más crucial que nunca.

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